Es en esta época del año solemos hablar, entre amigos y conocidos, sobre la declaración de la renta y sus porqués. Es inevitable, en tales circumstancias, acabar discutiendo sobre economía, pasearse por todos nuestros recobecos hipotecarios, préstamos variopintos, sistemas de ahorro e incluso acabar pronosticando, como si con expertos brokers estuviéramos tratando, futuros inciertos e inesperados en el mundo bursátil. Llegados a este punto, solemos coincidir en que muy probablemente vivimos en una sociedad que da poca importancia a la educación económica durante nuestra infancia y juventud pero que, a medida que pasa el tiempo, descubrimos un déficit que acabaremos arrastrando durante largo tiempo y que, en multitud de ocasiones, acabará gestando la necesidad de algo de ayuda para resolver según qué situaciones. Así pues, qué mejor manera de enseñar a nuestros pequeños y jóvenes que haciendo uso del medio en el que se sienten como pez en el agua, como son las nuevas tecnologías?
Haciendo hincapié en la necesidad de mejorar los conocimientos económicos en edades infantiles y juveniles y con el objetivo de inculcarles valores necesarios para poder desarrollarse libremente y sin problemas en un futuro no muy lejano, Bankia ha creado el proyecto Animal Crossing y la economía , un videojuego para la Nintendo 3DS, donde los alumnos aprenden valores tales como el ahorro, el valor del dinero y el esfuerzo, entre otros.
Como bien defienden desde Bankia, necesitaban de un juego que no hablara sobre conceptos económicos pero que basara su guión en estos términos y ninguno mejor que Animal Crossing, donde cada jugador se transforma en el alcalde y gestor de una ciudad llena de animales, paisajes y nuevos visitantes por descubrir. Las Bayas son la moneda virtual empleada en el mundo de Animal Crossing y que permite a los jugadores pagar durante sus compras y llevar actos como cambiar el mobiliario urbano de su ciudad, realizar ordenanzas o, simplemente, irse de viaje al lugar
deseado.
Durante un tiempo, los alumnos de los colegios donde se ha llevado a cabo dicho proyecto han podido jugar libremente, sin condiciones ni instrucciones previas, y han vivido en primera persona procesos como el de pedir préstamos, la necesidad de ahorrar pensando en alguna inversión, principios de escasez o leyes como la de la oferta y la demanda.
Nuevas tecnologías, conocimiento, educación en valores (económicos) y diversión forman parte de un cóctel atractivo, creativo y del que solo cabe esperar buenos y esperanzadores resultados, haciéndonos valedores de la idea que las nuevas tecnologías pueden, y deben, formar parte del grandísimo abanico de herramientas a nuestra disposición que formen parte de la educación.
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